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"Nunca daremos marcha atrás. Nunca. Por la fuerza, nunca". Con estas palabras, la consellera d'Educació del Govern,
Joana Maria Camps, elevaba el tono del conflicto con los docentes nada más iniciarse el pleno con el que el
Parlament iniciaba ayer el periodo de sesiones.
Más leña al fuego en la Cámara que disparó la tensión y la crispación de todas las fuerzas políticas. Todo esto en un pleno que de fondo escuchaba las proclamas de los más de 2.000 componentes de una nueva
"marea verde" que se concentraba a ambos lados de un Parlament rodeado por la policía. Desde el interior del edificio se escuchaban con claridad los gritos de "Bauzá dimisión".
Todo esto, en una jornada que ya venía alterada por la intervención policial contra un piquete formado mayoritariamente por menores de edad a las puertas del Institut Arxiduc Lluis Salvador, de Palma. La trifulca se saldó con casi 40 jóvenes identificados y algunas contusiones.
El interior del Parlament también se pobló de camisetas verdes, y también se produjeron diversos incidentes.
En cuanto a la participación de la segunda jornada de huelga, los sindicatos convocantes admiten que, aunque mayoritaria, la participación bajó al 81% -10 puntos menos que el primer día-. La conselleria hizo sus cálculos y anunció que el seguimiento de la huelga no pasó del 21,5%.
