Grandes o pequeños, los empresarios del sector del "aire frío" ponen el grito en el cielo con la pretendida aplicación de un impuesto nuevo a los gases fluorados. El Gobierno central pretende recaudar con ello 340 millones de euros. El tipo impositivo se establecerá en función del potencial de calentamiento atmosférico del producto.
"Nosotros tenemos claro que esta subida repercutirá directamente en el cliente", asegura Miguel Ángel Catalán, gerente de una empresa grande que vende máquinas de aire acondicionado y también realiza reacargas en instalaciones públicas (como Consellerias o Ayuntamientos) y privadas (hoteles y parques acuáticos.) "El problema que se genera es muy grave porque los costes extras del sector público irán al contribuyente y de los privados, como los hoteles, lo tendrán que asumir ellos". Catalán pone un ejemplo de recarga: "un hotel que recarga cada año, unos 60 kilos de estos gases, a 25 euros el kilo... Ahora suma este impuesto. ¿Más carga fiscal? Inasumible", sentencia.
En la misma línea opina Augusto F, gerente de otra empresa de venta y refrigeración. "Estamos asustados. Otra subida más que nos va a quitar clientes y nos va a restar competitividad".
"Cobramos por el kilo del gas, por la mano de obra y el desplazamiento. Los clientes se van a quejar y no van a querer asumir el coste, es decir, vamos a tener muchos problemas", afirma el gerente de una compañía de instalación y recarga de cámaras frigoríficas.
Los autónomos son otro sector que, muy especialmente, están atemorizados. José Miguel, trabaja con establecimientos pequeños y medianos y asegura que no puede pagar "un euro más. Tendrá que ir a la factura del cliente y muchos de éstos van a pasar de recargar o van a estirar al máximo sin aire acondicionado".