Experimento
Lunes 12 de agosto de 2013
El
primer ministro noruego, el laborista Jens
Stoltenberg, se puso el uniforme obligatorio de
taxista y condujo un taxi por las calles de Oslo para conocer mejor las
opiniones de los ciudadanos. La iniciativa de márketing político se desarrolló durante una tarde del mes de junio.
El coche estaba equipado con
cámaras ocultas para utilizar las reacciones de los pasajeros, si éstos querían, en una
campaña de publicidad. Algunos de los "clientes" fueron elegidos al azar, pero otros fueron llevados al taxi sin saber que el conductor sería Stoltenberg.
El primer ministro iba perfectamente uniformado con un carné que le identificaba como uno de los conductores de la compañía Oslo Taxi. Al final todos los pasajeros descubrieron el disfraz y varias de las conversaciones derivaron en un debate político.
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