Maria Juan
María Juan | Lunes 10 de junio de 2013
MARIA JUAN. Es importante estudiar porqué es imprescindible tener formación y cultura.
No aprendes de la misma manera a los 5, ni a los 15, ni cuando pasas por la universidad, y tampoco cuando a los 45 retomas estudios. Normal, tus circunstancias no son las mismas. La edad y la experiencia vital marca ritmos y, por supuesto, las necesidades tampoco son las mismas.
El sistema educativo de este país destaca por su inestabilidad y por su devenir según color político. A los profesionales del gremio los imagino perdidos, sin brújula.
Ellos tienen la misión de instruir a nuestros hijos, de vigilar por su educación, estimular su interés por el estudio, fomentar la curiosidad y alimentarla.
Unos lo hacen bien, trabajan bien. Otros quisieran poder hacerlo. A algunos les da igual todo.
Siempre me pregunto, ¿por qué es un gremio tan menospreciado? ¿por qué recibe poco apoyo por parte del conjunto de la sociedad, incluso de la mayoría de padres?
Mi opinión es que esta profesión debería exigir dos requisitos imprescindibles: ser vocacional, y pasar constantes pruebas para comprobar la idoneidad del profesor para trabajar con niños y adolescentes. Los profesionales que se dedican a esto sólo deslumbrados por los meses de vacaciones, y horario y sueldo, por favor, dejen a nuestros hijos aprender con ganas.
Entre la deleznable política educativa del país, los profesionales y la actitud de la sociedad frente a la importancia del estudio y formación, el panorama es cuando menos desolador.
Quiero dejar una reflexión. Estamos en época de exámenes, se llenan las bibliotecas, los estudiantes pasan noches en blanco y, con tristeza he escuchado, ¿por qué estudian tanto si no hay trabajo?.
Tenemos una sociedad que no da valor a la formación “per se”. No exige buenos educadores, ni se planta ante reformas educativas estúpidas, ni estimula a sus hijos a seguir estudiando, a sacar rendimiento a sus estudios. La sociedad española no es consciente de esta necesidad. Desde Asia llegan datos interesantes. Inversión importantes en educación secundaria, universitaria e investigación. Así forman ciudadanos preparados para competir en el mundo que ya es el actual. Detrás de estos estudiantes y formadores, una sociedad que exige a ambos buenos resultados.
Si no hay trabajo, ¿es realmente necesario estudiar?. Pensemos en cómo se encuentran nuestros jóvenes, que engañados por cantos de sirena y burbuja inmobiliaria, dejaron sus estudios persiguiendo un BMW.