Las verbenas de pueblos van hacia el caos

En estas fiestas de Sant Joan las cosas llegaron demasiado lejos. Pero es que demasiado lejos están llegando todas las verbenas de Mallorca. Son, en realidad, megabotellones en los que los chicos se pegan unas monumentales menopeas. ¿Divertido? La verdad es que da lo mismo que en lugar de una orquestilla pongan un disco. Mientras no falte el alcohol y los porros, parece que a todo el mundo le da igual. ¿Esto se puede regular? Supongo que sí. Supongo que los ayuntamientos podrán hacer algo y de hecho hoy en la prensa sale la noticia de que Sencelles está en ello. Pero quien sí debería tener controlado qué hacen sus hijos son los padres. No mediante la persecución, no mediante el espionaje, sino mediante un diálogo franco que permita que padres e hijos se conozcan. Pero, la mayor parte de las veces, da la impresión de que se conocen porque se han visto en algún desayuno. Bastante patético.