Hace unos años una estrella publicitaria alemana se presentaba a las elecciones de su país con una campaña patrocinada por una firma de coches conocida. La curiosa historia de como aprovechar esos espacios de campaña publicitaria-política para patrocinios aquí en España nos suena a corrupción, pero en países evolucionados como EE.UU que tiene miras de buen futuro se considera la vía para gobernar siendo totalmente transparentes las aportaciones y patrocinios a los partidos.
Lo que a lo mejor no sabe el lector es que aquella campaña alemana era realmente una película de Horst Schlämmer, el protagonista de una campaña viral e integrada de una firma de coches como es Volkswagen, interpretada por el actor y humorista Happe Kerkerling la película presentaba al candidato electoral para ser canciller de Alemania.
La película se llamaba "Isch kandidiere" (algo así como Yo ‘zoy’ candidato, pronunciación que se debe a su defectuosa dentadura) y se estreno en los cines alemanes en plena campaña electoral. Entre sus lemas de campaña, “Yes, weekend”, “Más de todo para todos” o “Lo que otros no pueden, yo sí”.
La campaña de "Horst Schlämmer macht Führerschein" (Horst Schlämmer se saca el carnet de conducir) fue realizada por DDB y recibió diversos galardones en Alemania, entre otros en el festival de publicidad televisiva Spotlight.
Con ello vengo a realizar una reflexión de la actual imagen política que tenemos en el panorama balear y nacional. Les puedo asegurar que votaría antes a un candidato a realizar y gestionar una buena película que me llevara a entender su programa electoral, que a los mismos sillones que ocupan actualmente los de siempre.
La importancia del cambio de sillas y cambio generacional en todos los ámbitos y sectores de la sociedad mallorquina esta haciendo de esta isla, una isla hipócrita, entre el circo judicial y mediático que llevamos arrastrando estos años y la competencia devastadora que nos llega de a fuera con inversiones extranjeras, los mallorquines estamos a la que salta, con un ambiente crispado y engañoso, que pena me da la isla bonita, como nos llamaba Madonna, por no recordar que ya hemos perdido la seña de la "Isla de la calma".
Por ello les digo que ya queda menos para el pase de la nueva película política que viviremos en unos meses en estas islas y con ello habrá que plantearse el estreno y las ganas de vivirlo. Las críticas son aplastantes en todos los sectores de la sociedad balear y la cinta aún no se ha estrenado.
¿Preparados para cuando se apaguen las luces?
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