"La caspa"

Por suerte yo no tengo problemas de caspa, hace años que no sé lo que es eso de tener que utilizar productos específicos para el pelo. A pesar de ello recuerdo qué es eso de ducharme con champú anticaspa. Tras un par de lavados conseguía eliminar la caspa. Más o menos lo que le está pasando a Podemos, que está eliminando de su ADN las convicciones que les encumbraron. Como no les gusta de ser llamados “casta”, me he permitido rebautizarles como “la caspa”. Así, PP, PSOE y acólitos serán “la casta” tal y como predican los morados, pero ellos serán “la caspa”. No sé qué es peor.

Podemos se está desmontando a marchas forzadas a pesar de los esfuerzos de sus dirigentes por disimularlo. Empezaré con los ejemplos, que ya sabéis que me gusta ilustrar mis pensamientos. La tarjeta para desplazamientos en taxi que ofrece el Parlamento a todos los diputados, una tarjeta dotada con 3.000 euros y de la que Podemos no quería ni oir hablar. Por no querer ni olerla, ya han hecho una excepción. Sus diputados de Balears y Canarias sí disfrutan de dicha tarjeta. Me parece perfecto, la verdad, pero estos de Podemos se están convirtiendo en auténticos maestros en eso de predicar “eso no, no y no” y después sacarse excepciones de la manga. Ya lo están haciendo con la historieta de no cobrar nóminas superiores a tres sueldos mínimos interprofesionales. Y luego resulta que si tienen hijos o hipotecas o gastos de representación sí perciben más. Ahora lo mismo con las tarjetas. Y no solo eso, dos diputados peninsulares también solicitaron recibirlas y ahora lo disfrazan con que fue “un error”. Ay, la caspa, la caspa... siempre acaba volviendo.

Los grupos podemitas de Valencia y Barcelona se están desmarcando del aparato oficial encabezado por Pablo Iglesias. Ya le han hecho un par de amagos que no han gustado al de la coleta y no es de extrañar que se los hagan... ¿cómo puede defenderse tal nivel de hipocresía?. ¿O no es hipócrita eso de criticar hasta la extenuación las puertas giratorias y luego mirar a otro lado cuando el PSOE coloca a Trinidad Jiménez en Telefónica?

Para quien no sepa qué son las puertas giratorias, es bien sencillo: políticos de peso y responsabilidad que cuando abandonan la primera línea política lo hacen colocándose en empresas de gran envergadura. Y lo han hecho todos. No estoy criticando ahora a Trinidad Jiménez o al PSOE. En el PP se ha hecho y en el PSOE también. Pero Podemos, “la caspa”, hizo de la lucha contra las puertas giratorias su gran cruzada. Y ahora, a las primeras de cambio, en pleno proceso negociador de una vicepresidencia y seis ministerios con el socialista Pedro Sánchez, el de la coleta y los suyos cierran el pico y solo les ha faltado aplaudir.

Del circo de quejarse por estar sentados en el “gallinero” del Congreso ya ni hablo. Eso me da una risa que no puedo. ¿No es de patio de escuela quejarse por el sitio que te ha tocado?, el derecho a micro lo tendrán igual, aunque tal vez no chupen tanta cámara como querrían...

No sé yo... creo que esta “caspa” en el fondo es más “casta” que la mismísima casta que ellos bautizaron. Se le está escapando un poco de las manos ese proyecto tan ideal e idílico a Pablo Iglesias. Me gustaría saber qué opinan sus militantes de base (no esos radicales que no atienden a razones), esos que les votaron porque sus ideas les gustaron y creyeron que el cambio era posible. ¿Qué opinan de que renuncien fácilmente a sus exigencias por un ministerio?, ¿y que ante una puerta giratoria callen y se tapen los ojos por miedo a volver al gallinero?

Algunas encuestas dicen que si hubiera nuevas elecciones Podemos sería de las formaciones que saldrían reforzadas. Yo no soy de esa opinión, la verdad. Creo en eso de que “por sus hechos los reconoceréis” y Podemos se están retratando día tras día. Si bien es cierto que siempre tendrán su público, no creo yo el globo se infle tanto.

Recuerden, la caspa... siempre vuelve.