No, a lo que nos referimos no es a la penumbra de la ciudad egipcia, sino a la intervención del presidente de la Liga de Fútbol Profesional en la adquisición de la mayoría accionarial del Real Mallorca SAD por parte del inversor norteamericano Robert Sarver.
En pasados artículos advertíamos algunas de las preguntas que, con motivo de su reciente visita a Palma, nadie osó plantearle. Una de ellas era, precisamente, su relación con Javier Tebas quien, en el transcurso de una alocución en Málaga en noviembre del 2015 ya aseguraba el desembarco del magnate en Mallorca con bastante antelación al anuncio del club y cuando casi nadie conocía la inmediatez de tal operación. Este fue la primera sospecha.
Ahora nos encontramos con que este mes de abril y por cierto en plena competición, Maheta Molango, acompañado por los directores de comunicación y marketing del club, viajan a Phoenix para estudiar cómo funcionan los Phoenix Suns aunque, ¡ojo al dato!, no se trata de una expedición mallorquinista con tintes de convención para adoctrinamiento, sino de un desplazamiento de representantes de la LFP que forma parte de los planes de su presidente para “exportar” a Estados Unidos la experiencia organizativa (¿?) del fútbol español.
La versión oficial explica que la patronal de clubs españoles espera utilizar la relación de Sarver y el Mallorca para desarrollar el proyecto descrito. Me temo que deberíamos invertir el sujeto y el complemento de dicha explicación y el club balear irá de invitado especial a una reunión de diferente calado. Segunda sospecha.
Poco a poco se irá aclarando qué ha motivado el interés del banquero de Arizona en hacerse con las acciones de un club europeo en primer lugar y, finalmente, español. Antes que Utz Claassen pusiera la alfombra, el Getafe y el Levante la quitaron. El alemán, en cualquier caso, aspira a alcanzar otro tipo de papel en todo esto o ha sido un simple trampolín para los propósitos de otros.