Jaume Bonet: “Hay una intención de exterminio de la lengua en la decisión del Govern”

Cada día, a las 20:00 horas, Jaume Bonet, maestro jubilado, añade un día más a la huelga de hambre que protagoniza desde el pasado día 29 de febrero en protesta por la deriva que ha tomado la política lingüística del Govern de José Ramón Bauzá tras la que se esconde, afirma, “una intención de exterminio de la lengua”.

Hoy domingo, Bonet cumple su décimo octavo día alimentándose tan solo de agua, sin probar alimento sólido alguno y aunque asegura encontrarse “animicamente bien”, reconoce que físicamente está cada vez “más cansado, como usted comprenderá”, por eso me advierte: “puedo atenderle, aunque la entrevista tiene que ser corta”.

Quiero saber cuales son los objetivos de su protesta y Bonet me aclara que se trata de una iniciativa de la asociación “Jubilats per Mallorca” que pretende dos cosas: “Por un lado, llegar al máximo posible de gente porque es muy difícil conseguirlo. Los medios de comunicación responden a una serie de intereses y muchos no hacen caso con otro tipo de mensajes. Por otro lado, lograr que los regidores, los parlamentarios y en general los políticos del Partido Popular que no simpatizan con esta medida de Bauzá tomaran conciencia y se movilizaran porque sabemos que hay gente dentro de las filas de los populares que no están de acuerdo con esta ley. Bauzá quiere hacer desaparecer el mallorquín, el menorquín y el ibicenco pero hay gente que no comparte sus ideas, por eso hay que movilizarse y actuar”.

Bonet no tiene claro hasta donde prolongará la protesta pero ha asegurado que en algún momento alguien del colectivo tomará el relevo: “queremos apostar fuerte, llegar lejos pero no nos queremos morir, eso lo aclaramos desde un primer momento”.

Un médico vigila su estado cada cierto tiempo pero “sin responsabilidades: ya me advirtió que, pasados quince días sin comer, no podía responsabilizarse de lo que sucediera. Ahora pasa de vez en cuando para ver como estoy”.

Se pasa el día tumbado, descansando y conversando -aunque esto último, cada vez menos- y no quiere pronunciarse sobre lo que le han dicho sus familiares y seres queridos ante su decisión pero asegura que lo respetan y muestran “su preocupación, normal en estos casos”.

También dice que sabe que gente del Partido Popular se ha preocupado por su situación “aunque nadie se haya puesto en contacto directamente conmigo. Estamos contentos porque creo que se está llegando a mucha gente y espero que llegué aún a mucha más. Me gusta recibir las visitas de gente de la UIB pero aún más cuando las recibo de asociaciones de vecinos o gente de la tercera edad. Se está consiguiendo, poco a poco, el objetivo”.

Y aclara: “Hoy hay muchos motivos para hacer una huelga de hambre pero en el caso de algunos de ellos, como el del territorio, se puede recuperar el terreno perdido, en la lengua no. El ataque contra lenguas minoritarias forma parte de la actual política de concentración de poder, es un elemento de lucha. Nosotros ya nos habíamos manifestado en otras cuestiones como los problemas de la energía nuclear o el territorio, pero no habíamos llegado a ningún lado. Creemos que hay una intención de exterminio de la lengua en la decisión del Govern: es un ataque radical que ha tenido una respuesta adecuada, socialmente ha sido moderada aunque individualmente pueda considerarse radical”.

Bonet anima a que quien considere que debe hacerse “una huelga de hambre, por otros motivos, que la haga. Nosotros le ayudaríamos”.