Se anuncian dimisiones inminentes en el Hospital de Inca

La situación en el Hospital de Inca es extremadamente preocupante. El ambiente laboral cada día está más crispado, la desaparición de las guardias localizadas de los cirujanos, la disminución de la plantilla en dos traumas y los rumores incesantes, han hecho que el clima sea ya irrespirable.

Dicen que la gerencia del centro la ha asumido de facto el director general del Ib-Salut, Juan José Bestard, un personaje que por donde pasa va dejando su huella particular, algo así como el caballo de Atila, por lo que el resto de directivos es como si no existiesen, lo que supone, según me aseguran, que en los próximos días vamos a conocer nuevas dimisiones, que no destituciones, una de las cuales se lleva gestando hace tiempo.

Aseguran que este directivo ya no puede más, que no sabe como responder a las demandas de los profesionales porque le han quitado toda capacidad de decisión y asiste, sin poder hacer nada, al incumplimiento de muchos compromisos, por lo que está más que decidido a decir adiós al cargo y quitarse de encima esta “cruz”, que no es otra que la de tener sobre el papel una responsabilidad y no poder ejercerla en la práctica.

Y después, me dicen, le llegará el turno a Manacor, por lo que se avecinan tiempos de lo más difíciles, con plantillas crispadas, medidas impopulares y gestión de “ordeno y mano”.