“Every breath you take” para mí siempre será la canción que representa la modernidad. (Aviso a navegantes que mi cultura musical es tan básica que por un lado está lo que escucho, Bach y Sabina y por el otro lo que oigo, es decir, todo lo demás). Pero cada uno maneja su ignorancia musical como quiere o puede y la canción de The Police marca un hito en mi vida que cada vez que lo revivo me hace mover los pies. Además quiero que sea así para siempre. Con eso quiero decir que no tengo intención de cambiar el que para mí es el icono de la modernidad ni aunque inventen rayos láser que hacen música. Tengo mis principios y me aferro a ellos sin dejarme influir por las modas.
Algo parecido me pasa con las canciones que yo (con mucho cariño), llamo plastas, esas que te entran y no se van ni con agua caliente. Ahí la reina es La Macaren de Los del Río. Jamás quise escucharla, jamás me gustó pero llegó, se me pegó y quiero morir pensando que es el icono de la música pesada. Eso es lo que quiero pero de pronto algo me dice que no me van a dejar.
¡Maldita manía de querer cambiar las cosas! Tampoco pido nada tan raro, al fin y al cabo, ni siquiera me gusta. Solo quiero que para siempre (en el fondo soy un conservador) Macarena sea la canción plasta de mi vida y parece que hay una confabulación para cambiarlo. Además de todo lo que nos enchufan por la radio en centros comerciales y fiestas infantiles, esta semana he recibido al menos cuatro veces el vídeo del “Despacito a la mallorquina”. Ya saben, un vídeo que, -al menos la primer vez- tiene su gracia y en el que sobre la melodía de la canción de Luís Fonsi se canta una letra criticando la masificación turística de las islas. El tema del verano unido al tema del verano. Efecto multiplicador que asegura el éxito.
Ya en mayo Fonsi igualaba a Los de Río consiguiendo ser número uno de Estados Unidos con una canción en castellano y aún así no vi que el liderazgo de los de Sevilla fuese a peligrar en mi ranking particular.
Me resisto, como decía, a cambiar las canciones de mi vida y quiero que Macarena esté siempre entre ellas. Solo una cosa podría cambiar eso. Si un líder político, me da igual de qué partido, elige Despacito para una campaña electoral como Bill Clinton usó la Macarena para las presidenciales del 97, igual tiro la toalla y acepto el cambio.
Tras garantizar la pasada semana su permanencia en la élite del fútbol español, el RCD…
El Parlament ha aprobado una iniciativa que reclama al Ministerio del Interior el despliegue permanente…
Miles de personas llenan la Plaça de Santa Margalida en una representación única que celebra…
Ser Niños Prodigio tiene sus aristas. De todos es conocido el caso del pequeño Wolfang…
La ‘processó del Sant Enterrament’ vuelve a llenar el centro histórico de emoción y sentimiento.…
‘Milk for Ulcers’, un álbum marcado por la pérdida de su padre Paul Auster y…
Esta web usa cookies.