Aquí está el gran chollo para la empresa privada

El Govern dijo ayer que contempla la posibilidad de privatizar IB3. Veloces, los críticos aparecieron para sugerir que esto era entregar la televisión a los particulares que, si se la quedaran, tendrían la oportunidad de beneficiarse. El gran chollo. Hablan como si estuviéramos ante la gran oportunidad que ahora sí el PP le va a entregar en bandeja a esos empresarios millonarios que han estado suspirando por IB3. Todos la querían, la izquierda la defendió y ahora han llegado los de siempre para regalársela a los ricos. ¿Sabemos de qué hablamos? IB3 apenas tiene audiencia y cada año pierde todo el presupuesto que le traspasa el Govern. Y sería capaz de perder todo el dinero que se nos ocurriera echarle. Eso es IB3, un agujero sin fondo al que no habrá ni un empresario privado que quiera entrar. Gratis, por supuesto, nadie querrá saber nada y, pagándole, habría que hacer los números con mucho cuidado. ¿Una empresa en la que sólo perderemos dinero y jamás recuperaremos nada? ¡Vaya regalo! Por no existir, no existe ni siquiera la posibilidad escandalosa de que el sector privado se quede con lo bueno y deje al público lo malo, como por ejemplo podría pasar si se privatiza Emaya (el agua es negocio, las basuras no): en IB3 todo es gastar; los ingresos no bastan ni pagar pagar al administrativo que lleva su contabilidad. Recordemos que tanto el grupo periodístico de El País como el de El Mundo tienen cada uno una licencia para emitir televisión en la autonomía balear. No las han explotado nunca porque una televisión como esta es una máquina de tragar dinero, sin la menor posibilidad de recuperar nada, porque no hay un anunciante que quiera gastar en llegar a una proporción de audiencia mínima.