Antes de entrar, dejen salir

Dicen las malas lenguas, buenas quedan pocas, que la prioridad de la dirección deportiva del Mallorca, digámoslo en plural para no herir sensibilidades, es acelerar la salida de jugadores y aligerar la nómina antes que proceder a las entradas. Un objetivo lógico en hipótesis sin tener claro si el próximo día 4 de enero va a entrar o no capital de nuevo cuño. Difícil cometido salvo que en la cola de la rampa se hallen los Carioca, Lima y Hugo Gomes, futbolistas inéditos de procedencia incierta y destino desconocido. Del resto el principal ahorro vendría dado por la baja de Bianchi, no muy feliz en Palma según su entorno, y la de Fofo, tentado por el Tenerife según la rumorología. Si, el club se podría plantear la cesión de Tiá Sastre, posiblemente lo mejor para el propio chaval, y hay poco más donde rascar.
El punto de mira de Nadal, Miguel Angel, se dirige a la localización de un goleador. La suya o la del “scoutter” mejicano, cuyo nombre no recuerdo, que Claassen se trajo de Leverkussen y reside, con permiso del dueño, en Madrid. Pero si de goles se trata, bueno, bonito y barato no existe. Es una entelequia o una utopía. Lo de Xisco el año pasado fue una afortunada e irrepetible casualidad que no se habría dado de no haber nacido en Mallorca y su equipo, el Córdoba, no hubiera militado en primera división. Termine como termine la historia, no podemos ignorar el patinazo que representa haber firmado a tres delanteros, uno de ellos muy caro, de los que ahora no sirve ninguno.

Puestos a forzar despedidas no estaría de más que el responsable de fichar al cesado Ferrer y sus adláteres, tanto propios como ajenos, tuviera un gesto de contrición y empezara por entonar la suya. El presidente no se lo agradecería, seguro, pero lo que queda del mallorquinismo, al que no quiere insultar hablando de ascenso, posiblemente sí.
¿I tu puges?. Vale, pero esperaré al próximo autobús.