Lloseta está triste desde que esta semana se ha anunciado el cierre de la fábrica cementera más famosa de Mallorca. Esta fábrica conforma, junto al de la había de Palma, uno de los skylines más conocidos de Mallorca y, al contrario que éste último, no destaca por su belleza. Ese mazacote en medio del entorno rural lleva 52 años generando empleo y riqueza. Y su cierre tiene inquietas a muchas familias locales.
Con un ERE en ciernes que afectará a 105 empleos directos y 150 indirectos, la preocupación de los llosetins es evidente. Es el tema de moda en los bares. Muchos de los trabajadores, debido a su antigüedad en la empresa, tendrán difícil reciclaje en otros sectores.
Además, el mismo ayuntamiento de Lloseta dejará de ingresar unos sabrosos 200.000 euros anuales.
Pero eso no es todo lo malo que ha sucedido en el municipio esta semana. En Lloseta han estado rayando coches. Más concretamente, el de Santi Taura, el famoso cocinero que ha puesto el pueblo en el mapa gastronómico internacional.
¿El motivo? Según anuncia él mismo en Twitter, porque molesta. ¿Y por qué molesta? Porque quita el parking a los vecinos, los proveedores molestan al descargar la mercancía y los clientes hablan al salir del local.
Estas externalidades provocadas por uno de los chefs más prestigiosos de Mallorca, si no el que más, contrastan con todas los beneficios de tener en el barrio un restaurante tan prestigioso. ¿Preferirían los vecinos tener, en su lugar, un restaurante de kebabs? ¿Tendrían sus viviendas el mismo valor?
Santi Taura decidió en su día aprovechar la casa de su abuela para montar su restaurante y quedarse en el pueblo. Esa decisión puso Lloseta en el mapa entre los amantes de la buena cocina. Es uno de los restaurantes con más lista de espera de España y muchos de sus clientes son extranjeros que acuden ignorando la estacionalidad.
En una semana que hemos conocido que ha subido la tasa de personas pobres con estudios universitarios (un 13,7%, es decir, 1,7 millones de personas frente al 10,7% de 2008) el emprendimiento se erige como una opción interesante para los recién licenciados. Y Santi Taura es, ante todo, es un emprendedor que, como todos, en el momento de iniciar su negocio tiene que arriesgar, endeudarse, invertir y pasar una mayor o menor travesía en el desierto. Santi ha tenido suerte y no pertenece al 90% de los emprendedores que caen antes de cumplir los cuatro años. Ha puesto Lloseta en el mapa, crea empleo y revaloriza el barrio donde se encuentran las viviendas de quienes pretenden echarle.
Lloseta es un gran municipio. Tiene cinco empresas entre las mil con mayor facturación en Balears que, a su vez, dan trabajo directo a más de 150 personas de manera directa y a muchas más de manera indirecta. Entre ellas destaca Botas Bestard (Bestard Boots) que destaca por calzar a montañistas de muchos países. Incluso suministra al ejército español. Esta empresa, como Santi Taura, ha puesto durante décadas el nombre de Lloseta y, por supuesto, el de Mallorca en el mundo. Solo por eso y por la cantidad de empleo que generan aquí se les debe un agradecimiento y no una rayada en el coche de los propietarios.