¿Duques de Palma?
miércoles 25 de junio de 2014, 10:56h
Activados y a pleno rendimiento todos los cortafuegos dispuestos para proteger a la Familia Real ante el procesamiento de la infanta Cristina, al nuevo monarca le corresponde dar algún gesto, tener un estreno acertado en el trono.
Alejados Cristina e Iñaki de la familia y de la agenda oficial, y jubilado el padre, Felipe VI se siente suficientemente protegido de las salpicaduras que le puedan llegar desde Palma. Legales y de imagen. Ha puesto la máxima distancia.
Es por esta razón que el rey tiene ahora manos limpias y todo el margen de maniobra posible para ofrecer gestos que no sólo le refuercen ante la opinión pública española e internacional sino que le hagan subir en las encuestas de afecto. Dijo que quería ser un rey querido. Puede empezar por el gesto simbólico de retirar a la infanta (y con ella, a Iñaki Urdangarin) el título de Duques de Palma. Vistas y repasadas las muestras de alegría producidas cuando se descolgó su placa de mármol de una céntrica calle palmesana, da la sensación de que este gesto también estaría muy bien visto.
Cristina e Iñaki ya son dos desconocidos para la ciudad y para la isla. Al exjugador de balonmano ya sólo se le veía cuando venía a declarar ante el juez Castro. dos veces en dos años. A ella, un día, el pasado verano, para venir a recoger a los niños a Calanova tras un día de prácticas de vela junto a la abuela. Retirarles el ducado no sería grave. Sería posible. Sería aplaudido.
No sabremos nunca si el juez instructor que ahora procesa a la infanta y la Casa Real se pusieron de acuerdo en el calendario de los pasos históricos que ha vivido este país en las últimas semanas. Si fue primero el huevo o la gallina. Si el rey abdicó para inmacular al sucesor al trono ante la evidencia de la imputación de Cristina, o por el contrario, si el juez ha esperado al cambio en la Zarzuela a pedir que la hermana del rey vaya a juicio.
Sea como sea, parece que esta vez la Casa Real sí ha trabajado con previsión y con la sutileza suficiente. Felipe VI lo tiene todo para salvar su primer escollo.