Desde un cocarroi elaborado a mano, un arròs brut casero, hasta un elaborado plato de porc negre con ensaimada en un restaurante con Estrella Michelín son ejemplos que permiten a Palma ser la ventana de la cocina mallorquina, a la vez que se erige como oportunidad única, a través de sus establecimientos, para encabezar el proyecto 'Culinary Med Cities', junto a Barcelona y Valencia.